¿Cómo afecta la enfermedad de Parkinson la capacidad de conducir?
Las personas con Parkinson puede experimentar un deterioro tanto en la habilidad motora como en las facultades mentales.
Estos problemas pueden hacer que conducir no sea seguro. Por ejemplo, una disminución en la habilidad visuo-espacial — del tipo necesario para determinar distancias y distinguir formas — no es rara en la enfermedad de Parkinson. Un conductor con una habilidad visuo-espacial disminuida podría no ser capaz de calcular la distancia a una señal de alto o a un semaforo, o de mantener el automóvil en el carril correcto.
Algunas personas con Parkinson también pueden tener dificultades cognitivas y a veces sentirse confusas. Además los pacientes podrían no ser concientes de que su manera de conducir se ha convertido en un problema y dependen exclusivamente de que un médico, un familiar o los amigos les hagan caer en la cuenta.
Otro síntoma problemático frecuente en las personas con Parkinson es la rigidez muscular, la cual puede hacer que tengan dificultad en reaccionar con prontitud.
Una reacción retardada es peligrosa ya que los conductores deben estar en condiciones de reaccionar prontamente, tanto mental como físicamente, para evitar accidentes y adaptarse a las situaciones del tráfico.
Los medicamentos utilizados para tratar el Parkinson presentan complicaciones adicionales. Los medicamentos comunes — incluyendo la carbidopa/levodopa (Sinemet®), la amantadina, los antagonistas de la dopamina y los anticolinérgicos — pueden producir efectos secundarios tales como somnolencia, mareo, visión borrosa y confusión.
Sin embargo, no todos los pacientes experimentan dichos efectos secundarios y estos pueden ser reducidos con un simple ajuste en la dosificación.
Es importante recordar que aunque no toda persona con Parkinson experimenta problemas para conducir, los síntomas de la enfermedad y los tratamientos pueden hacer que la conducción sea peligrosa tanto para usted como para los demás.
Conducir es un símbolo de independencia y libertad, y muchos podríamos ser renuente a dejar de hacerlo, pero ser responsable también es importante.
Tener Parkinson no necesariamente implica tener que dejar de conducir. Sin embargo, es importante ser responsable y recordar los posibles riesgos que el Parkinson representa para la capacidad de conducir. Ignorar los efectos de la enfermedad y sus medicamentos solo crea un entorno más peligroso tanto para usted como para los otros conductores.
La mejor manera de ser un conductor responsable es poniendo atención a su habilidad de conducción y reportar cualquier cambio a su médico. Si usted tiene inquietudes, no tema manifestarlas por temor a perder su permiso de conducir. Si se llega el momento en que la familia y los médicos le piden que entregue las llaves del automóvil, tenga en cuenta que es por su propio bien dejar de conducir y comience a considerar otras opciones de trasporte.