Hace unos cuatro años me di cuenta de los cambios en la forma de moverme, y mis brazos no balanceaban cuando andaba, dificultad para girar el cuello y los hombros y tropezaba con nada mientras caminaba. Mi letra había cambiado, así como mi voz y mis hijos se quejaban de que me movía lentamente. Decidí encontrar excusas por todo el tiempo que pude.
Entonces, una noche, sentada delante del ordenador, encontré el coraje para buscar mis síntomas a WebMD. Me quedé completamente asombrada cuando fueron identificados como enfermedad de Parkinson. No puedo tener la enfermedad de Parkinson, pensé. Soy joven, es algo de las personas mayores. Estaba segura de que estaban equivocados. Yo creía que iba a ir al médico y el me diría que tenía un nervio pellizcado, y con un poco de terapia física que volvería como nueva.
Programé una cita con un neurólogo y me fui. Tenía que hacer esto por mi sola; mi marido era el único que sabía acerca de la cita. Seguí creyendo que era sólo un nervio pellizcado. Estaba tan segura de que llamé a mi oficina y les dije que tenía que ir al médico primero y que llegaría unos minutos tarde al trabajo.
Me reuní con mi médico y le describí mis síntomas. Se confirmó el diagnóstico. Parkinson.
Lloré sabiendo que mi vida iba a cambiar, pero ahora, mirando hacia atrás, sé que el cambio fué para mejor.
Una de las recomendaciones para los pacientes de Parkinson hacer actividad. Antes de mi diagnóstico, me interesé en el gimnasio, pertenecía a un gimnasio. Yo era un atleta en la escuela secundaria, pero sin buscar mis limites.
Eso cambió rápidamente.
Un amigo mío me dio su cinta de correr y me empecé a correr en ella, despacio y en distancias cortas al principio. Seguí corriendo, aumentando el tiempo y la distancia.
La agencia para la que trabajaba celebró una carrera de 5 km. Me inscribí y corrí con mis compañeros de trabajo y, para mi sorpresa, he terminado primera en mi grupo de edad con un tiempo de 27 minutos.
Entonces tuve la loca idea de que podía organizar una carrera de 5 kilómetros y recaudar dinero para la investigación del Parkinson. Mi familia y amigos todos me ayudaron. Una organización en mi área que también recauda dinero para el Parkinson fue de gran ayuda. The Run While You Can 5K (Corre mientras puedas) fue lanzada el 2 de junio de 2012. No puedo creer que lo hicimos, porque, honestamente, no tenía idea de lo que estábamos haciendo, pero tuvo éxito.
Seguí corriendo después de eso. Un día hablando con un compañero de trabajo que también era un corredor decidimos completar una media maratón. Hemos entrenado todo el verano y completamos la media maratón en octubre de 2012. Fue un gran logro para nosotros.
Uno de los problemas con el Parkinson son los calambres y puntualmente llegaron los calambres en las piernas al final de la carrera. Fui a la tienda de masaje para un masaje y me dijeron que estaban cerrando. Les dije "por favor, tengo la enfermedad de Parkinson y mis piernas tienen calambres." Recuerdo la mirada en el rostro del terapeuta cuando dijo "Corrió la media maraton con Parkinson?" Le dije que corrí por el Parkinson.
Hay un triatlón cerca de donde vivo, sólo para mujeres. Un amiga ha competido en ella y ella aceptó ayudarme a entrenar para prepararme. Así que encontré a mi siguiente tarea, un triatlón sprint. He entrenado con dos mujeres, Ana y Annette, que me animaron a diario que yo podía hacerlo. Entrenar para un triatlón es bastante difícil, porque a veces mi cuerpo se niega a cooperar conmigo y tuve que decidir de una vez si lo dejaba o lo levaba a cabo hasta el final.
A veces, pensé que no podría.
Hace unos días, terminé el triatlón con la ayuda de mis amigas. Honestamente puedo decir que fue lo más difícil que he intentado en mi vida. Una persona con la enfermedad de Parkinson trabaja el doble de duro a la hora de mover su cuerpo. Estoy muy orgullosa de mi logro. Mi tiempo podría haber sido mejor, pero he terminado en el top 50%.
Sin Parkinson, sinceramente, no creo que la idea de participar en un triatlón habría jamás pasado por mi mente. Echo de menos la capacidad de moverse libremente, para girar fácilmente, caminar de manera fluida, pero acabo de terminar un triatlón por lo que la cosa no puede estar tan mal.
Escribo esto hoy para animar a otros que a pesar de los obstáculos se puede hacer muchas cosas.
Hoy, a los 50 años estoy en mejor forma que nunca desde la escuela secundaria. Me cuido mas utilizando una variada rutina de ejercicios como el yoga. Como mejor. He aprendido a no dar nada por sentado.
Celebro mi matrimonio de 26 años con el mejor hombre del mundo. Valoro y aprecio a mis amistades y el apoyo que he recibido de mi familia (mi hermano es mi mayor animador).
También he desarrollado nuevas amistades en mi viaje. He organizado con éxito dos carreras de 5 kilómetros, recaudando más de $ 10,000 para la investigación del Parkinson.
Ahora puedo mirar hacia atrás el día, sentada en la oficina de mi doctor y escuchar el diagnóstico, y no puedo creer donde estoy hoy. Todavía tengo síntomas a diario, pero he aprendido a hacer ajustes y continuar con mi vida.
Puede que tenga la enfermedad de Parkinson, pero la enfermedad de Parkinson no me tiene a mi.
Joan Russo
Toms River (NJ)
EE.UU.