La falta crónica de sueño y los ciclos de sueño-vigilia irregulares pueden ser factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson.
Es el resultado del nuevo trabajo de los investigadores de la Facultad de Medicina "Lewis Katz" de la Universidad de Temple. En un modelo animal, los investigadores muestran que los trastornos del ritmo circadiano que existen antes de la aparición de Parkinson empeoraron drásticamente las complicaciones motoras y el deficit de aprendizaje provocados por la enfermedad.
El nuevo trabajo, dirigido por Domenico Praticò, Profesor en los Departamentos de Farmacología y Microbiología y el Centro de Medicina Traslacional, es el primero en demostrar que un factor ambiental - la exposición crónica diaria a largos períodos de luz con una exposición breve a la oscuridad, lo que altera el ritmo circadiano - pueden exacerbar los síntomas y la enfermedad de Parkinson.
Los hallazgos aparecen en la versión online del día 5 de abril en la revista Molecular Psychiatry.
Los pacientes con la enfermedad de Parkinson a menudo sufren de trastornos del sueño recurrentes y trastornos del ritmo circadiano, el ciclo biologico de aproximadamente 24 horas de los seres humanos. Pero si estas alteraciones afectaban el desarrollo y progresión del Parkinson no había sido muy claro. "Muchos piensan que los trastornos del sueño son secundarios a la enfermedad de Parkinson", explicó el Dr. Praticò. "Pero estas alteraciones del ritmo circadiano aparecen cada vez más antes de la aparición de Parkinson, lo que sugiere que podrían ser factores de riesgo".
Después de los 60 años de edad, la mayoría de los casos de la enfermedad de Parkinson son idiopáticas, o sea una causa desconocida. Según el Dr. Practicò, es probable que en esos casos, la enfermedad se produce como resultado de las interacciones entre los genes y los factores de riesgo ambientales. Estos últimos incluyen el estrés crónico, trastornos del sueño, y trastornos circadianos, todas las cuales afectan a la función del sistema nervioso central, y podrían contribuir a la patología que caracteriza a la enfermedad de Parkinson.
El siguiente reto es ver si los resultados pueden ser replicados en otros modelos animales. "Si esos estudios son exitosos, a continuación, vamos a tratar de restablecer el ritmo circadiano normal en los animales con ritmo circadiano alterado para explorar la posibilidad de revertir la inflamación del cerebro y la muerte celular", dijo el Dr. Praticò.
Los resultados de estos estudios podrían tener importantes implicaciones para la prevención y el tratamiento de la enfermedad de Parkinson en personas con trastornos crónicos del sueño.